En noviembre de 2025, el gobierno de Donald J. Trump emitió una directiva que reformula —y amplía— los criterios médicos para conceder visas de inmigración a Estados Unidos. Bajo esta nueva normativa, padecer condiciones como obesidad, diabetes o enfermedades cardiovasculares podría ser razón para negar la entrada, bajo el argumento de que los solicitantes representan un riesgo de convertirse en “carga pública” para el sistema de salud estadounidense.

El cambio supone una transformación radical: ya no basta con descartar enfermedades contagiosas o exigir vacunas, sino que también se evalúa la salud crónica del solicitante —y en algunos casos, de sus dependientes— como factor determinante.

¿Qué establece la nueva norma?

• La directiva exige que los funcionarios consulares consideren una amplia gama de enfermedades crónicas: enfermedades cardiovasculares, respiratorias, cáncer, trastornos metabólicos, neurológicos, mentales; además de condiciones como obesidad o diabetes.
• También pide evaluar si el solicitante (o sus dependientes) tiene recursos financieros suficientes o seguro médico para costear tratamientos a largo plazo, sin recurrir a ayuda pública.
• La evaluación ya no se limita a enfermedades transmisibles o faltas de vacunas: se amplía a condiciones crónicas comunes.
• Además de la salud del solicitante, la guía sugiere que se tome en cuenta la salud de familiares dependientes (hijos, padres mayores, personas con discapacidad), lo que podría afectar solicitudes de migración familiar.

¿Por qué este cambio? — Motivos y contexto

La versión oficial justifica la norma en la posibilidad de que solicitantes con enfermedades crónicas generen gastos médicos elevados o dependan de beneficios públicos, lo que representaría una “carga” para el sistema social y sanitario de Estados Unidos.

Sin embargo, expertos en inmigración advierten que la medida otorga discrecionalidad muy amplia a funcionarios consulares, muchos de ellos sin formación médica, para decidir sobre la base de proyecciones de salud o costo futuro. Esto podría abrir la puerta a decisiones arbitrarias o injustas.

Además, la inclusión de condiciones tan comunes como obesidad o diabetes —que afectan a millones en todo el mundo— implica que un porcentaje considerable de solicitantes internacionales podría quedar automáticamente excluido.

Consecuencias e implicaciones

• Exclusión de personas con enfermedades crónicas comunes: Individuos con condiciones tratables o controladas —como diabetes moderada, hipertensión o sobrepeso— podrían ser rechazados, aunque sus enfermedades estén bajo control.
• Impacto sobre familias: No solo el solicitante principal, sino también sus familiares dependientes podrían afectar la elegibilidad, lo que complica la migración familiar.
• Mayor barrera para emigrar legalmente: Esta norma se suma a otras restricciones recientes —económicas, administrativas— fortaleciendo el filtro migratorio hacia Estados Unidos.
• Incertidumbre y arbitrariedad: La amplia discrecionalidad deja muchas decisiones sujetas a interpretación del funcionario consular; el mismo perfil podría ser aprobado o rechazado dependiendo de dónde se realice la entrevista.

¿Qué deberían tener en cuenta quienes planean solicitar visa a EE. UU.?

Si estás considerando emigrar, es recomendable:

• Revisar tu historial médico, tratamientos actuales, y condiciones de salud de tus dependientes antes de aplicar.
• Evaluar si cuentas con recursos económicos o seguro médico privado suficiente: la norma considera la capacidad de costo de tratamientos a largo plazo.
• Considerar asesoría legal o especializada en inmigración: cada caso puede variar mucho, y un profesional puede orientar mejor.
• Estar al tanto de qué tipo de visa estás solicitando —temporal, de trabajo, residencia permanente— ya que esta norma parece aplicarse principalmente a visas migratorias e inmigrantes.

Conclusión

La nueva directiva del gobierno Trump redefine quién puede ser elegible para emigrar a Estados Unidos: no sólo se examina la aptitud laboral, la solvencia económica o la relación familiar, sino también la salud del solicitante (y su familia). Al incorporar enfermedades crónicas —muchas comunes y tratables— como criterio para negar visas, EE. UU. establece un filtro migratorio más restrictivo, sancionando en muchos casos condiciones de salud que, hasta ahora, no se consideraban como impedimento para inmigrar.

Para miles de personas en América Latina y el mundo, especialmente aquellas con enfermedades como obesidad, diabetes o problemas cardiacos, esta decisión representa una barrera adicional —y seria— para cumplir sueños de migrar, trabajar, estudiar o reunirse con familiares en EE. UU.

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